Los obispos Carlos Sánchez y Roberto Ferrari
presidieron la ceremonia religiosa. "La Pascua es el paso de la muerte a
la vida, del dolor a la alegría", fue el mensaje.
Acevedo, expresó su pesar por el fallecimiento
del Papa Francisco y valoró su figura como referente espiritual y social.
“Además de ser argentino, el Papa nos convocó siempre a la reflexión, a
mirarnos hacia adentro y pensar en lo que estamos haciendo por el prójimo”,
señaló.
Acevedo destacó el mensaje constante del
pontífice a favor de la unidad, la paz y el trabajo en equipo. “Él siempre
habló del amor entre todos, del amor al prójimo, y eso es algo que nosotros
creemos y sentimos profundamente”, agregó. En lo personal, aseguró que busca
aplicar ese mensaje a su labor diaria: “Vengo pidiendo desde hace un tiempo que
tengamos paz, que estemos unidos y pensemos en el otro”.
Consultado sobre la ausencia de una visita
papal a la Argentina, el mandatario consideró que, más allá de las
interpretaciones políticas, “hay que quedarse con lo bueno. El Papa es
argentino, recorrió el mundo y dio entrevistas donde habló sin filtros. Eso le
hizo muy bien a la Iglesia Católica”, afirmó.
Respecto al duelo en Tucumán, Acevedo confirmó
que la provincia adhiere a lo dispuesto por el Poder Ejecutivo Nacional. “Las
banderas en las instituciones públicas ya están a media asta y seguiremos todas
las disposiciones nacionales en ese sentido”, indicó. No obstante, aclaró que
las clases se desarrollarán con normalidad. “Somos un Estado laico y debemos
garantizar tanto la libertad religiosa como el acceso a la educación”,
concluyó.
Por su parte, Sánchez destacó el carácter
profundamente humano y universal del pontífice: “Le dio una impronta de afecto,
de cercanía, bien latinoamericana, a todo el mundo con sus gestos de cariño”.
Resaltó también el mensaje ambiental del Papa y su llamado a la fraternidad
global. “Nos deja el compromiso de cuidar la casa común y crecer en
fraternidad. Sus encíclicas Laudato Si' y Fratelli Tutti fueron un llamado a
toda la humanidad a tratarnos como hermanos”.
Sánchez valoró además la coherencia de vida de
Francisco y su ejemplo como guía espiritual: “Para nosotros los católicos, su
legado es un gesto del amor de Dios. Su humildad, su sencillez, su entrega, su
testimonio de fe… nos mostró que hay que llegar a todos, especialmente a los
más alejados y descartados de la sociedad”.